Si quieres comprar tostadoras vintage, es de lo más normal, ya que estamos hablando de uno de los pequeños electrodomésticos que se pueden encontrar en casi todas las cocinas del todo el mundo. Y es que su aspecto adorable, nostálgico y su precio económico hacen de las tostadoras retro uno de los elementos del hogar más deseados. ¿Quieres ver las más bonitas, baratas y buenas? Pues mira nuestra colección:
¿Por qué comprar una tostadora vintage?
Lo primero que hay que decir es que una tostadora vintage hará que tu cocina tengas mucho estilo y sea diferente a las demás. Es un elemento imprescindible para dar esa pincelada tan especial y distintiva Una tostadora de estilo retro será el centro de las miradas de tus visitas y dejará gratamente sorprendido a todo el mundo.
Antes de comprar una tostadora vintage debes saber que son completamente funcionales y equipadas en su interior con la última tecnología, pero con un aspecto exterior de los años 50 y 6o del siglo pasado. De este modo parecen que sean antiguas por fuera pero son muy modernas por dentro.
Fáciles de limpiar, seguras y en diferentes tamaños. Las hay para una, dos o cuatro tostadas. O lo que es lo mismo, para todas las necesidades y gustos. Por si fuera poco, una tostadora retro o vintage combina perfectamente con cualquier tipo de decoración que tengas en tu cocina, ya sea rústica, clásica, moderna, e incluso minimalista.
Asimismo, debido a que es un electrodoméstico pequeño, su precio es muy accesible y no supondrá ningún problema en tu economía darte ese pequeño capricho que tanto deseas. El único problema que tendrás es poder decidirte por la que finalmente comprarás en nuestra web.
Las mejores tostadoras estilo vintage
Existen muchas marcas de tostadoras vintage en el mercado. Pero en Todovintageyretro.com solo tenemos las firmas de más calidad, sin que por ello tengan que ser caras. En resumen, en nuestra tienda online solo vas a encontrar las mejores tostadoras vintage y retro del mercado.
Desde las famosas tostadoras SMEG, que son de altísima calidad pero a un precio un poquito más elevado, hasta las tostadoras Russel Hobbs, con sus piezas cromadas y bonitos colores pastel, pasando por las tostadoras Klarstein, con sus diseños de líneas y bordes redondeados. Pero esto es solo una muestra, tenemos muchas más.
Todos los modelos que aquí te ofrecemos son de la más alta calidad y han debido superar rigurosos y estrictos controles y normas de calidad para poder salir al mercado. Millones de personas no pueden estar equivocadas, no lo pienses ya y… !adquiere la tuya YA!
Tostadoras vintage baratas
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Somos conscientes que cada persona tiene una situación económica diferente. Para nosotros sería sencillo ofrecerte los modelos más sofisticados, exclusivos y lujosos que existen… pero cuyo precio suele ser algo más elevado. Pero de este modo sabemos que no podríamos ayudar a aquellos compradores que desean poder tener en su cocina un tostador de pan de estilo vintage o retro a un precio barato.
Por ese motivo puedes encontrar e nuestra web productos de calidad con un precio competitivo que se puede adaptar a todos los bolsillos y presupuestos. Ya no tienes escusa, el dinero ya no es un impedimento para que puedes tener las tostadora que tanto has visto en la televisión o el cine, y que siempre has deseado tener.
¿Qué diferencia hay entre las tostadoras vintage y las tostadoras tradicionales?
Básicamente, la principal diferencia entre una tostadora vintage y una tostadora normal es su diseño. Como te hemos comentado más arriba, por dentro cuentan con la más alta tecnología. Así son seguras, respetuosas con el medio ambiente, consumen poca electricidad y son duraderas.
Su diseño recuerda a las tostadoras americanas de los años 50 y 60. Sus figuras son redondeadas, sexys, cuentan con piezas de calidad cromadas y son de preciosos colores pastel (rosa, verde, crema, azul, rojo,, amarillo…) y muy resistentes. Olvídate de los típicos electrodomésticos modernos que solo son de frágil plástico blanco y que amarillean con el tiempo.
Con las tostadoras de pan vintage todo son ventajas. Disfrutas de la mejor electrónica de su interior y del extraordinario y precioso aspecto exterior que ofrecen. Algo único, diferente, de buen gusto y exclusivo.
Historia de la tostadora
¿Es antigua la costumbre de tostar el pan, o se trata de un capricho moderno? Tostar o cocer el pan es costumbre antigua surgida no por capricho sino por necesidad: era una forma de conservar el pan. Los egipcios lo hacían ya en el 2500 a.C. y no para extender sobre la tostada una capa de mermelada o mantequilla, sino para conservarlo seco, ya que la humedad lo enmohecía o echaba a perder.
Los antiguos no amasaban todos los días, había un día para cumplir con ese menester y a veces sólo se horneaba un par de veces al mes. Lo normal era que el pan estuviera duro, y una vez duro se resecaba más mediante el tostado. Para ello las rebanadas o las pellas de pan eran ensartadas en un espetón y guardadas en una alacena colgada del techo para que los roedores no accedieran a él.
Griegos y romanos gustaban del pan tierno, pero tostaban los mendrugos para que no se echaran a perder,y también con un fin que se ha perdido hoy: se agregaba un trozo de tostada medio carbonizada a la bebida. No se trataba de un trozo de pan tostado impregnado en especias o endulzado, era un trozo de tostada medio quemada para dar al vino suavidad cuando era un vino peleón cuya acidez convenía reducir.
De aquella costumbre procede la forma de brindar de los ingleses, que no dicen ‘chin-chin’ como los franceses o los españoles, sino toast= tostada, ya que también era costumbre de los bárbaros. Esta forma de tostar el pan varió poco a lo largo de los siglos.
Se ensartaban las hogazas o las tortas a modo de pinchos en un espetón de hierro que pendía sobre la llama o las brasas, y todavía se hacía así en la España cervantina, se tostaba el pan en rebanadas finas. El autor del Tesoro de la lengua castellana (1611), Sebastián de Covarrubias, dice que se asaban las rebanadas de pan sobre ascuas y luego se mojaban en vino, a veces se dejaban secar para que las tostadas supieran a vino, a aceite y ajo, a aceite y pimentón, a aceite y tomate.
La costumbre se mantuvo hasta el siglo XVIII en que los norteamericanos se aficionaron a comer pan tostado con mantequilla o mermelada. Surgió así un tostador formado por un par de horquillas de mango largo llamadas toasters, que unidas toscamente se movían para lograr un tueste uniforme.
Aquel artilugio se diferenciaba muy poco de los espetones de la Antigüedad, pero no resultaba práctico, no se conseguía un tostado uniforme; una cara estaba más quemada que otra, y además las horquillas se calentaban tanto que era difícil manejarlas.
Entrado el siglo XIX se comenzó a tostar el pan en el interior de unas a modo de jaulitas de hojalata y alambre que colgaban sobre la boca de la estufa de carbón, cuyo calor hacía el trabajo de forma aceptable, aunque no resolvía un problema serio: dar la vuelta a la tostada sin quemarse. La tostada no lograba un dorado aceptable, se quemaba por los lados.
A principios del XX apareció el primer tostador eléctrico, consistente en unos artilugios de alambre que dejaban la tostada a la vista, sin protección, por lo que solía dar calambres a quien la retiraba de una tostadora que al carecer de termostato no permitía regular el tueste y obligaba a estar atento a que no se quemaran las tostadas.
Pero esta tostadora tenía una ventaja, no era preciso encender fuego ya que era eléctrica. Hasta 1909, en que la General Electric Company lanzó al mercado su tostadora eléctrica, esta labor necesaria para los desayunos americanos resultaba un pequeño suplicio.
Cuando comenzó a comercializarse la gente se dio cuenta de que el nuevo electrodoméstico era sencillo: estaba formado por unos cuantos alambres enrollados por los que pasaba la corriente, en torno a unas piezas de mica, y un silicato compuesto de hojas transparentes muy delgadas que soportaban bien temperaturas elevadas.
Era una tostadora elemental, pero solo tostaba las rebanadas por un lado y hacía necesario darles la vuelta con la mano, lo que a menudo era fuente de pequeñas quemaduras. En el verano de 1910 se puso a la venta la primera tostadora. La publicidad de este producto apareció en el American Saturday Evening Posty decía:
«Desayune sin entrar en la cocina. Nuestras tostadoras están a punto para prestar servicio las 24 horas del día en cualquier habitación de la casa».
La publicidad surtió efecto. Quien podía tenía tostadora en cada habitación, si bien es cierto que por esnobismo más que por eficiencia, ya que aquellos armatostes exigían que cada rebanada fuera atentamente vigilada para evitar que se quemara.
La Westinghouse, firma pionera en su fabricación, mejoró el producto, pero no fue esta firma la inventora de la tostadora automática, que aún tardó en aparecer. El verdadero apóstol de la tostadora fue un mecánico de Minnesota, Charles Strite, tan aficionado al desayuno con tostadas que hizo de la mejora de este artilugio una meta vital.
Como en la cafetería de su empresa las tostadas siempre estaban quemadas el ingenioso mecánico examinó atentamente el artilugio e hizo cambios: añadió un muelle y un termostato y en mayo de 1919 solicitó una patente para su innovación.
Con la ayuda financiera de sus amigos fabricó cien unidades que montó a mano y envió a la cadena de Restaurantes Childs, que aunque alabó la idea devolvió las tostadoras porque requerían ajuste.
El problema mayor de la primera tostadora automática tenía que ver con el modo en que salían despedidas las tostadas cuando el termostato indicaba que el tueste se había realizado, y en vez de dispararse lentamente lo hacía con tal brusquedad que algunas tostadas acababan en el plato del vecino, cuando no en la cabeza de quien estaba al otro lado de la mesa.
Hubo casos en los que la tostada fue a parar directamente a la boca de quien iba a retirarla de la tostadora; costó regular el mecanismo. La primera tostadora doméstica, la Toastmaster, salió al mercado en 1926 ya provista de dispositivo regulador del tueste. El invento suscitó tal interés que un año después fue proclamada ‘tostadora nacional del mes’. El Saturday Evening Postdijo:
«Este nuevo y sorprendente aparato logra una perfecta tostada cada vez que se utiliza, sin necesidad de vigilar ni de dar la vuelta al pan y sin necesidad de cazar la tostada al vuelo».
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